“Frente al soporte blanco, veo aparecer formas que se mueven y modifican constantemente. Luego debes tomar uno sobre la marcha para comenzar a trabajar. El resto sigue, lento, extraño, sorprendente. Hay que aceptarlo, luego ordenarlo, es decir disponerlo sobre el soporte según el equilibrio del conjunto. El comienzo de un cuadro revela más estados de ánimo, atmósferas, climas. Entonces es hora de lo desconocido; a su placer, a la dificultad de ir cada vez más lejos en sensibilidad y sutileza. La pintura me seduce por la infinidad de vibraciones cromáticas que ofrece. En cuanto al dibujo, lo aprecio por su espontaneidad y la sensualidad del trazo.
Es una expresión íntima que para mí es la música de cámara de la pintura. »
Diversas exposiciones en Suiza (Ginebra, Zurich) y en el extranjero (Urbino, Ginestretto, Italia). Obras adquiridas por el Museo de Ginebra, y por diversos particulares en varios países de Europa y América.